"La historia comienza un viernes por la tarde. Yo estaba entretenida con el ordenador mirando Twitter cuando un "tuitero" empezó a preguntar si alguien tenía los tazos de pokemon plata que daban en las bolsas de Cheetos. Yo por un casual coleccionaba dichos tazos junto con mi hermana, así que le dije que se los mandaría, pero el "tuitero" decidió presentarse en mi casa. Llamó a la puerta y lo invité a entrar. Inmediatamente fui a buscar los tazos que guardaba mi hermana, pero todos los que tenía ella eran tazos de pokemon oro. No me quedó otro remedio que buscar por toda la casa dónde estaban los tazos plata y solamente pude conseguir tres. Se los dí al tuitero y se fue.
A la mañana siguiente, sábado, me fui a comprar al supermercado más próximo. Cogí unos bollitos de chocolate y de repente me di cuenta de que en un pasillo vendían peceras rectangulares junto con dos estanques. Me quedé flipando, literalmente, y me acerqué. Resulta que había una promoción y vendían peceras y unas varillas que al añadirse a esas peceras dibujaban todo tipo de formas en el agua. Unas varillas formaban burbujas y otras círculos de colores fluorescentes. Me acerqué a los estanques de muestra y en uno de ellos había un pececillo de colores. Podías bañarte en el estanque con dicho pececillo así que me metí por probar. Me bañé cerca de él y me salí para probar el otro estanque. De esto que mientras me acercaba vi a alguien que me resultaba familiar en ese estanque. Resulta que era Jeremy (bajista de Paramore) pero era un sireno y tenía una cola azul y verde. Oh, ¡mi amor platónico estaba en un estanque muy cerca de mí y era un sireno con cola! Pues como podía bañarme en el estanque aproveché la ocasión. De esto que de repente se me acercó Jeremy con su cola (de sireno, no mal pensemos) y me dio un abrazo. Yo ya no podía alucinar más, en serio. Y de repente, me susurró al oído algo que no lograba entender e inmediatamente nos besamos. Sin parar. Delante de toda la gente del supermercado. Jeremy quería más intimidad así que empezó a volar (sí, a volar) mientras nos besábamos y me tiró en la acera delante del supermercado para seguir besándome. Menuda intimidad, pensé. Jeremy estaba como poseído y no paraba de besarme. Yo estaba encantada, claro. A lo que de repente me grita "SEX, SEX". Yo seguía flipando y pensaba en lo fogoso que era este hombre, que acabábamos de conocernos y ya me pedía sexo. Y me negué. Jeremy se enfadó y salió volando desapareciendo de mi vista. Yo estaba algo deprimida porque se había ido y me fui a mi casa, pero tomé una dirección errónea y pasé por una granja. En esa granja y como era lógico, se encontraba un granjero que estaba vestido con un peto azul y una camisa de cuadros roja. Tenía la piel morena y además llevaba un sombrero de paja mientras tocaba el ukelele. Al pasar empezó a cantar con su ukelele y al verme me soltó: "Ay, hija, a este paso nunca tendrás pareja". Nada más decirme esto me fui llorando muy deprimida a mi casa".