No dejes nunca de soñar porque tan solo en sueños el hombre puede ser libre.

domingo, 24 de abril de 2011

Sucesos extraños.

Buenas. Después de taaaanto tiempo vuelvo a retomar las viejas costumbres, que ya tenía ganas, leñe. Y empiezo con un sueño muy muy raro que he tenido hoy. ¡A leer! :D.

"La historia comienza un viernes por la tarde. Yo estaba entretenida con el ordenador mirando Twitter cuando un "tuitero" empezó a preguntar si alguien tenía los tazos de pokemon plata que daban en las bolsas de Cheetos. Yo por un casual coleccionaba dichos tazos junto con mi hermana, así que le dije que se los mandaría, pero el "tuitero" decidió presentarse en mi casa. Llamó a la puerta y lo invité a entrar. Inmediatamente fui a buscar los tazos que guardaba mi hermana, pero todos los que tenía ella eran tazos de pokemon oro. No me quedó otro remedio que buscar por toda la casa dónde estaban los tazos plata y solamente pude conseguir tres. Se los dí al tuitero y se fue.
A la mañana siguiente, sábado, me fui a comprar al supermercado más próximo. Cogí unos bollitos de chocolate y de repente me di cuenta de que en un pasillo vendían peceras rectangulares junto con dos estanques. Me quedé flipando, literalmente, y me acerqué. Resulta que había una promoción y vendían peceras y unas varillas que al añadirse a esas peceras dibujaban todo tipo de formas en el agua. Unas varillas formaban burbujas y otras círculos de colores fluorescentes. Me acerqué a los estanques de muestra y en uno de ellos había un pececillo de colores. Podías bañarte en el estanque con dicho pececillo así que me metí por probar. Me bañé cerca de él y me salí para probar el otro estanque. De esto que mientras me acercaba vi a alguien que me resultaba familiar en ese estanque. Resulta que era Jeremy (bajista de Paramore) pero era un sireno y tenía una cola azul y verde. Oh, ¡mi amor platónico estaba en un estanque muy cerca de mí y era un sireno con cola! Pues como podía bañarme en el estanque aproveché la ocasión. De esto que de repente se me acercó Jeremy con su cola (de sireno, no mal pensemos) y me dio un abrazo. Yo ya no podía alucinar más, en serio. Y de repente, me susurró al oído algo que no lograba entender e inmediatamente nos besamos. Sin parar. Delante de toda la gente del supermercado. Jeremy quería más intimidad así que empezó a volar (sí, a volar) mientras nos besábamos y me tiró en la acera delante del supermercado para seguir besándome. Menuda intimidad, pensé. Jeremy estaba como poseído y no paraba de besarme. Yo estaba encantada, claro. A lo que de repente me grita "SEX, SEX". Yo seguía flipando y pensaba en lo fogoso que era este hombre, que acabábamos de conocernos y ya me pedía sexo. Y me negué. Jeremy se enfadó y salió volando desapareciendo de mi vista. Yo estaba algo deprimida porque se había ido y me fui a mi casa, pero tomé una dirección errónea y pasé por una granja. En esa granja y como era lógico, se encontraba un granjero que estaba vestido con un peto azul y una camisa de cuadros roja. Tenía la piel morena y además llevaba un sombrero de paja mientras tocaba el ukelele. Al pasar empezó a cantar con su ukelele y al verme me soltó: "Ay, hija, a este paso nunca tendrás pareja". Nada más decirme esto me fui llorando muy deprimida a mi casa".

sábado, 16 de abril de 2011

Lo siento.

Tengo el blog MUY ABANDONADO y tenéis todo el derecho de matarme, lo siento. Llevo casi mitad de año sin publicar nada. Malditos estudios. Ahora en estas vacaciones intentaré publicar algún con que otro sueño, ya con más libertad y menos estrés. Gracias por la paciencia.

viernes, 31 de diciembre de 2010

2011

Llevo tiempo sin actualizar por aquí y si lo hago hoy es para deciros que feliz año nuevo. Un año más se acaba y esperemos que el siguiente sea aún mucho mejor ^^.

PD: No os atragantéis con las uvas :P

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Timidez.

Buenas, buenas, buenas. Traigo algo calentito que últimamente hace mucho frío :P.

"Era un día normal y corriente, al menos para mí. Iba paseando por plena Puerta del Sol, distraída, viendo algunas cosas a través del móvil y con una bolsa llena de libros colgando del brazo. Hacía mucho frío y tenía las manos heladas pero yo seguía tecleando con el móvil sin mirar a ningún otro lado, a pesar de que el lugar estaba atestado de gente y ni levantaba la vista del aparato. Al momento me choqué con alguien. Lo raro es que no lo hubiera hecho antes, pensé. Al chocar con dicha persona, el móvil salió disparado y la bolsa de libros se desparramó por el suelo.
Inmediatamente me puse a recoger los libros para guardarlos en la bolsa y la persona con la que choqué me ayudó. Y.. menuda persona. Le veía de reojo y vi que era moreno, con algo de barbita, algo musculado pero no en exceso y no paraba de pedirme perdón. Le dije que no tenía que disculparse, que la culpable era yo, pero él seguía pidiéndome perdón. Además, aprecié que no me miraba a los ojos, rehuía mi mirada y a la vez se sonrojaba. Era muy tímido. Así que le invité a tomar un café para disculparme del accidente y así poder descubrir algo más de él. Estuvimos toda la tarde hablando pero aun así el chico seguía bastante tímido conmigo. Y yo no iba a dejar pasar la situación tan fácilmente con lo que le invité a volver a quedar al día siguiente. De camino a casa, se me ocurrió una idea de como poder quitarle la timidez, al menos conmigo, así que ideé un plan. Al día siguiente, antes de encontrarme con él, reservé una habitación en un hotel y compré algunas cosas. Más tarde quedamos y dimos un paseo hasta llegar al hotel. Él estaba algo mosqueado pero confiaba más o menos en mí. Ya en la habitación nos instalamos y cerré la puerta con llave. Él se sentó en el borde de la cama y aproveché ese momento para empujarle hacia ella. Como estaba asustado, y además le pillé desprevenido, estaba más débil que yo, con lo que me fue fácil esposarle al cabecero de la cama con las esposas que había comprado anteriormente. Él flipaba en colores pero yo lo estaba pasando de maravilla. Entonces en ese momento si que se sonrojó, no sé si fue por lo sucedido o porque yo estaba encima de él. Pero aun así seguía rehuyendo mi mirada, así que para atraerla, empecé a quitarle la camiseta. Y menudo panorama, le tenía tumbado en la cama, esposado y desnudo de cintura para arriba para mi solita. Ah, y yo seguía encima. ¡Pero él seguía sin mirarme y cada vez se ponía más rojo! Y yo no aguantaba eso, así que enfurecida, le cogí la cara con ambas manos, rozando mis manos con su barba, y empecé a besarle más y más fuerte cada vez. Estuvimos cerca de diez minutos besándonos apasionadamente, y cuando digo "estuvimos", me refiero a que él también me besaba con mucha pasión, sin ningún resto de timidez hacia mí. Al finalizar, él me miraba con aquellos preciosos ojos, ojos que querían rehuirme pero que al final no lo hicieron."

domingo, 5 de diciembre de 2010

La ola gigante.

Buenas, aquí de vuelta con otro sueño, en este caso pesadilla. Y no es la primera vez que sueño con olas gigantes... pero bueno, que aquí os lo escribo:

"Era un día de verano, y como tal, mi familia y yo nos íbamos de vacaciones a la playa. Este año fuimos a un destino distinto por lo que no conocíamos el lugar en profundidad. Y hablando del lugar, era un sitio bastante extraño. Tenía una playa parecida a una piscina. Era una playa casi cerrada y la conexión con el mar era mínima. Tenía plataformas y un trampolín. Ah y se me olvidó mencionarlo, la playa era rectangular. Así que nada más llegar, decidimos bajar a la playa para darnos un buen baño. Nos posicionamos en la parte oeste de la playa/piscina para tener buenas vistas tanto de la playa como de la gente. Al momento se nos acercó la socorrista alertándonos de que habían recibido un aviso de tsunami y que nos alejáramos de allí, que era zona peligrosa. Pero al parecer, nadie de la playa la hizo ningún caso y nosotros no íbamos a ser menos. Pero yo no podía, yo ya no estaba tranquila y más sabiendo que tengo pesadillas con los tsunamis. Salí de la playa, medio corriendo, y seguía viendo a la gente tan tranquila incluso sabiendo lo de la alerta. Así que decidí actuar por mi cuenta y empecé a avisar a todos. Me subí a la plataforma de color verde y empecé a gritar que habría una ola gigante en cuestión de segundos. Al momento, a lo lejos, se empezaba a formar la ola, que ya debía de medir dos metros. Pero la gente seguía relajada y yo en cambio atacada de pánico. La gente seguía sin reaccionar y la ola seguía consiguiendo altura. Cuando llegó a los diez metros parece ser que la gente por fin empezó a reaccionar, incluso mi propia familia, que estaba embobada. La ola se estaba formando en la parte oeste de la playa, justo donde estábamos nosotros y a medida que la ola se iba formando, por el este se iba quedando la playa/piscina sin agua. Incluso se veía la tapa del desagüe. Bajé de la plataforma corriendo y llegué a la parte este de la playa. Dos chicas rubias más me imitaron y bajaron a ayudarme. Había que intentar abrir la tapa del desagüe para que se fuera todo el agua y así disminuir la altura de la ola. Una de ellas se metió dentro y abrió la tapa, pero el agua estaba muy al oeste formando la altura con lo que la playa no se vaciaba. La segunda chica dijo que había que meter una especie de líquido rosa, para que finalmente el agua llegara al desagüe. Y así lo hicimos, empezamos a echar litros de líquido rosa y el agua se iba yendo por el sumidero. Aliviados por el hecho, decidimos abandonar dicha playa. Aun así, parte de la ola chocó con la plataforma e inundó lo que quedaba de playa. Al menos no sucedió nada trágico."

lunes, 29 de noviembre de 2010

Los pisos.

Relatando el sueño que tuve hace dos noches, ya que no he podido meterme por los estudios, pero bueno, más vale tarde que nunca. Ya me contaréis si os gustó o no.

"Mis padres, mi hermana y yo vivíamos en un piso en una torre alta de Madrid capital. Antes vivíamos en un chalet, pero nos aburrimos de él y decidimos mudarnos. Este pequeño pisito tenía muchas cosas y se vivía acogedora y plácidamente. Tenía dos habitaciones, con cuarto de baño, cocina y salón; lo típico. Vivíamos en la planta cuarta donde había otros dos pisos más. Un día vinieron mis abuelos y nos comunicaron que habían comprado los otros dos pisos para que viviéramos allí y tuviéramos toda la planta entera para nosotros, así que nos repartimos los pisos. Mi padre se quedó con el piso central, yo con el piso de la derecha mientras que mi madre y mi hermana se quedaron con el piso donde vivíamos, el de la izquierda. Me trasladé al piso nuevo, donde las paredes estaban pintadas de amarillo claro y... ¡olía a vainilla!. Sin duda este piso era el mejor. Me instalé con todas las cosas y uno de las habitaciones la acomodé como despacho donde estaría el ordenador y además ser un lugar adecuado donde poder estudiar. Trasteando por el armario de mi ahora nueva habitación, encontré unos cuantos jerseys y algo extraño. Era una caja del juego Monopoly, pero una versión bastante extraña. Era el Monopoly "Belén" donde las protagonistas eran Belén Esteban y Belén Rueda que iban juntas a Belén para adorar al niño Jesús. Nada mas leer las instrucciones decidí guardar el juego en un lugar seguro."


Escrito con las prisas y encima tarde, lo siento si está algo mal redactado. Además, una pequeña nota mía, y es que ya van dos veces que sueño con Belén Rueda, esto es para pensárselo profundamente, a ver que relación puede guardar :l.

jueves, 18 de noviembre de 2010

La porra.

Buenas. Otro sueñico más p'al blog, y que además... da algo de que pensar (referido a connotaciones sexuales, lo de la porra y eso...), en fin, que ahí os lo dejo y me decís lo que pensáis:

"Era una mañana de sábado, una mañana en la que el tiempo no era muy agradable. Unos amigos y yo quedamos para ir a desayunar y fuimos a uno de los bares más cercanos. Uno de los chicos era nuevo, así que no le conocía. Era bajito, aunque bastante guapo. Además era moreno y tenía barbita (mi tipo de chico favorito) y unos extraños ojos verdes. Al presentarme no me dijo su nombre y tampoco le pregunté, así que le llamé el chico del jersey marrón. El chico del jersey marrón tenía hambre así que se fue a la barra del bar a pedir churros y porras. La camarera le dijo que solo quedaba una porra, pero que la habían hecho a las 8 de la mañana, y eran las 12 pasadas así que estaría dura. El chico dijo que le daba igual y al final se pilló la porra, que encima medía medio metro. Empezó a morder la porra, que estaba muy dura pero aun así seguía mordiéndola. Mientras tanto, afuera empezó a nevar, y este chico no paraba de quejarse de que su sudadera marrón le estaba pequeña (se le veía el ombligo) pero aun así, él seguía mordiendo la porra. Incluso empezó a chuparla para que se reblandeciera y ahí seguía todo entretenido. Pasado dos horas, solo le quedaban cinco centímetros por comerse. Cinco centímetros de porra que incluso empezaba a derretirse la masa por dentro pero él seguía chupando/mordiendo. Al terminar, eructó y se fue tan campante a la calle, con su sudadera pequeña, sin quejarse del frío. Resulta que la porra le había calentado y decía que no pasaba nada y que ya no tenía nada de frío. La verdad es que era un chico la mar de raro."